Navidad y las fiestas de fin de año, para muchas personas es un sentimiento mágico, la relacionado con tradiciones y reuniones familiares, donde estos se reencuentran, comparten regalos, cenas y sonrisas.
La Navidad es esperada con ilusión, se trata de una época relacionada a la alegría, y el deseo de compartir con sus seres allegados. Sin embargo, nadie está exento de perder un ser querido durante el año y la experiencia se torna muy diferente.
La ausencia y el vacío serían los nuevos invitados a la celebración, generando sentimientos de tristeza, rabia, frustración, apatía e incluso culpa.
Por esta situación las personas afectadas con la pérdida intentan evadir la fecha, habrá quienes se aíslan o simplemente evitan hablar del tema, pero el espíritu navideño que se respira no es un buen aliado, ya que, la decoración en las calles y casas o las canciones en las emisoras, entorpecen dicha misión.
Las maneras de afrontamiento de cómo se lleva el duelo es diferente en todas las personas, por lo tanto, esto influirá en la forma que logren procesarlo, también dependerá la cercanía con la persona que no está y el apoyo recibido.
Las formas más comunes de gestionar el duelo en estas fechas es evitar cualquier tipo de celebración que se relacione con la Navidad, decoración de la casa, preparación de la cena, regalos entre otros.
También se da el caso de hacer “como si nada ha pasado”, y llevar a cabo las celebraciones tradicionales de la familia, donde participaba la persona fallecida, algunas veces influenciados por la presión familiar o social.
Realizar un viaje, también es una forma de afrontamiento, pero sea cual sea el modelo a seguir, generan un alivio a corto plazo obstaculizando el curso natural del duelo y su recuperación.
Es importante aclarar que no existen formas de afrontamiento específicas, sino algunas rutas o caminos que colaboren para gestionar el duelo de una forma más efectiva.
Algunos consejos:
Para finalizar es importante saber que el tiempo no siempre es el mejor aliado para sanar todas las heridas ocasionados ante la pérdida de seres queridos, aun cuando se haya tenido el apoyo de los más allegados, se hayan llevado a cabo los rituales de despedidas o repasado las etapas del duelo.
En estos casos es recomendable solicitar la ayuda de un profesional.