Día Mundial de la Obesidad

Día Mundial de la Obesidad

La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Aunque anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medios.

El sobrepeso y la obesidad se han convertido en una verdadera pandemia para los centroamericanos, quienes en pocas décadas han visto crecer los índices en sus poblaciones. Costa Rica es el país con mayor afectación, donde dichas enfermedades han alcanzado a más del 60% de la población adulta.

La Costa Rica que en las décadas de los 60, 70 y 80 destacaba por sus altos índices de desnutrición, se convirtió en una nación que actualmente sobresale por sus ambientes obesogénicos. El panorama cambió. Hoy, el país resiente dicha realidad al ocupar la sexta posición en Latinoamérica con el mayor porcentaje de adultos obesos, según datos publicados en el 2018 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).

Tomando en cuenta la actual situación, debemos ser conscientes de los cambios que tenemos que hacer siendo responsables de nuestra salud, por tanto, algunas recomendaciones para la prevención de la obesidad son:

  • Mantenga un estilo de vida saludable en general. No fume, asista a sus chequeos médicos de control, realice actividad física de forma regular, mantenga una adecuada hidratación de al menos 8 vasos de agua diarios, controle sus niveles de estrés y trate de descansar lo suficiente.
  • Aprenda a realizar compras inteligentes, evitando alimentos ultra procesados. Incluyendo más frutas y vegetales. Procure no asistir al supermercado con hambre, ya que la ansiedad puede cobrarle una cara factura.
  • Elija siempre alimentos con bajo contenido de grasas, azúcar y sodio, prefiera productos integrales altos en fibra; para esto revise las etiquetas nutricionales de los productos y asesórese con un nutricionista.
  • No elimine por completo grupos de alimentos, todos ejercen una función importante en nuestro organismo, es mejor enfocarse en la calidad de lo que comemos y no tanto en la cantidad.
  • Aprenda a distinguir si tiene hambre fisiológica o hambre emocional, controlando los pensamientos y comiendo de forma consciente, sabiendo qué le estoy ofreciendo a mi cuerpo y cómo esos nutrientes mejorarán mi calidad de vida.
  • Disfrutemos de la comida de forma responsable, aprendamos a escuchar nuestro cuerpo y nuestros sentidos, es un equilibrio y es importante poner atención plena a los momentos en que nos dedicamos a comer.

Fuente:
Servicio de Nutrición
Hospital Metropolitano

Elaborado por:

Melissa Araya