Retomar la estructura del trabajo, estudio, deberes personales u otros después de las vacaciones puede ser un reto y llegar a ser angustiante.
Las vacaciones, al ser un tiempo de ocio donde nos permitimos dormir un poco más, descansar o bien pasear, puede tener un impacto positivo en la reducción del estrés por la ausencia (o disminución) de responsabilidades personales y exigencias que llegamos a tener en los diferentes ámbitos de nuestra vida.
La procrastinación la vemos cuando a la hora de reincorporarnos a la rutina acostumbrada se dificulta cumplir con los horarios y responsabilidades. De esta forma, la procrastinación es la postergación con intención de una tarea. Además, la adaptación a la nueva situación y realidad (aunque es la acostumbrada) a veces puede no ser sencilla.
Es posible realizar algunas pautas que nos permitan retomar las responsabilidades, disminuyendo las consecuencias negativas. Entre ellas está:
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Identifique prioridades: en pasos concretos estipule lo que tiene que hacer para alcanzar sus deberes. Haga una lista de lo que se debe hacer y ordénelas de acuerdo con su relevancia.
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Después de haber priorizado los deberes, puede dividirlos en tareas pequeñas.
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Establezca un horario para poder alcanzar los deberes estipulados.
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Puede utilizar recompensas (a corto plazo) una vez que haya alcanzado las metas propuestas.
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Valide las emociones que puede tener, tanto las agradables como desagradables. Se trata de entender que está bien sentir tristeza y enojo (u otra emoción) de que las vacaciones terminaron.
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Identifique los pensamientos que tiene y analice si existen pensamientos que le estén llevando la ansiedad y por ende la procrastinación. Por ejemplo, “no puedo realizar el proyecto pendiente porque no sé cómo buscar la información y mis compañeros van a pensar mal de mi porque es una información que ya debería tener resuelta”.
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Una vez que haya identificado los pensamientos, trate de utilizar un diálogo interno desde la autocompasión y plan de acción que le permita reestructurar sus pensamientos irracionales.
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Cuídese: Haga ejercicio, coma balanceadamente, retome un horario de sueño y realice las actividades que le hacen sentir bien. No tiene que esperar a las vacaciones para poder disfrutar el tiempo con usted mismo.
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Pida ayuda en caso de que no sepa cómo realizar un deber.
También, pensar en que las vacaciones terminaron puede ser agobiante, por eso, podemos establecer momentos de descanso durante la semana para percatarnos que no necesitamos necesariamente las vacaciones para descansar.
Retomar la normalidad después de las vacaciones requiere un periodo de adaptación. Sea paciente de su tiempo, pero no se olvide de la estructura y de empezar realizar cambios que sean concretados en acciones.